…artículo ampliado del número 95 de La Calle de Todos.
En los últimos años se ha disparado la necesidad de alimentos, alojamiento y servicios vitales para los más afectados por la crisis (económica y política) en España, en concreto en Zaragoza. El contrapunto al mayor número de personas necesitadas lo supone el aumento de vecinos que, organizados en diferentes instituciones, prestan su tiempo y esfuerzo de forma altruista con el fin de paliar, en la medida de lo posible, los boquetes sociales producidos por la falta de recursos. Pero ¿son suficientes las ayudas económicas que prestan las instituciones públicas a estas entidades? ¿Se cubre satisfactoriamente las necesidades de los más pobres? El informe “Impactos de la crisis”, realizado por la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) revela que en Aragón la población afectada por una situación económica precaria aumentó hasta afectar a 207.674 personas y que “la crisis económica está afectando profundamente a la sociedad en su conjunto”; para aportar más datos y saber cómo se lucha contra esta lacra nos ponemos en contacto con tres organizaciones de Zaragoza que actúan en este sentido.
En la Parroquia Ntra.Sra. del Carmen, mucho antes de las 13:30, cuando se abre el comedor, ya hay congregada una larga cola que bordea la esquina con el paseo Mª Agustín. La gente que la forma no se ajusta a ningún perfil en concreto: son gente con la que nos cruzamos a diario que agradecen un sitio en la mesa con buena comida. Esta parroquia, además, tiene en funcionamiento un programa de rehabilitación del alcohol, guardería, ropero, 12 alojamientos para familias sin recursos y casas abiertas para que los indigentes puedan dormir bajo techo. En los datos recogidas de los asistentes se refleja que el número de mujeres no llega al 9% del total de ellos; casi un 28,39% son españoles y el origen mayoritario con el 33,37% es África, seguido de Europa con el 27,24% y América con un 10,74%; la franja de edad más común está entre los 29 y los 38 años 33,63%.Todos estos recursos y proyectos están respaldados por más de 230 voluntarios que permiten que los servicios puedan estar habilitados los 365 días del año.
También hay movimiento desde las 8:00 de la mañana en la Santa Hermandad del Refugio donde sirven el desayuno a quien lo pida. Aquí también cuentan con diferentes programas, como el “Gota de leche” que proporciona alimentos adecuados a lactantes y asistencia pediátrica hasta los 18 meses con lo que benefician a más de 70 recién nacidos. Otros servicios como el botiquín, que presta atención medica todo el año; literas, con unas 75 plazas -unas 90 en invierno- donde pasar la noche; guardería, con 62 niños cuyos padres no tienen recursos y entrega de alimentos, alrededor de 8 kilos cada 28 días a familias desfavorecidas, donde la demanda ha crecido exponencialmente y se han visto obligados a disminuir la frecuencia de entrega (anteriormente cada 14 días) para poder llegar a un mayor número de personas. Aquí cuentan con la ayuda de casi 300 voluntarios, cuya ayuda es imprescindible.
En Cáritas Zaragoza, con los datos existentes en su haber, es muy fácil comprobar la gravísima relación que existe entre la falta de empleo y la pobreza -el 61,1% de las personas atendidas se encontraban en edad de trabajar y de éstas el 65,1% estaban en situación de desempleo- muchas veces agravada esta situación con una hipoteca, y en casos extremos -pero reales- una hipoteca cuyos plazos son superiores al sueldo del hipotecado. También se desprende que desde poco antes de la crisis el número de familias que requirieron ayuda económica en Cáritas se duplicó, pasando de 1497 familias en el año 2007 a 2976 en el 2010 y siguiendo esta tendencia hasta 2012.
Cáritas, a nivel de la provincia de Zaragoza mueve a un total de 1229 voluntarios y su apuesta es convertir la cobertura de necesidades básicas en una oportunidad educativa y de inserción, incluso con el acompañamiento en el gasto, frente al reparto de alimentos.
Cerramos el artículo con las palabras del Secretario General de Cáritas Zaragoza que sintetizan las ideas de futuro y proyección que tiene esta entidad en su labor:
«Ante la difícil situación económica y social que estamos viviendo, nuestra experiencia nos encamina a pensar que los esfuerzos no deben ir orientados en aumentar la distribución directa de alimentos a familias, porque consideramos que este tipo de recursos están destinados a un perfil muy concreto de personas, normalmente en situación de emergencia.
Esto no supone una crítica a los programas de reparto de alimentos existentes, siempre y cuando se realicen con una metodología de acción que favorezca una atención adecuada de las personas que viven una situación de emergencia: una acogida digna, conocimiento de las necesidades reales, información de otros recursos y seguimiento del consumo de los alimentos.
El volumen mayoritario de las familias en situación de necesidad presenta otras características, a las cuales no se adecuan el reparto directo de alimentos.
Por otro lado, el reparto indiscriminado de alimentos pude conllevar otras consecuencias más negativas que las que pretende subsanar. El reparto de alimentos sin una sistematización y metodología adecuada puede generar dependencia y falta de autonomía a las familias que lo reciben. Además, en función de la situación familia, la entrega de alimentos indiscriminada no soluciona el problema si no se trabajan otras cuestiones educativas y promocionales con la familia.
Por todo ello, el esfuerzo hay que ponerlo para que el sistema y los recursos existentes tanto públicos como privados funcionen y puedan dar cobertura a todas las necesidades. En este momento consideramos que hay suficientes recursos para poder realizar una cobertura de necesidades básicas con una metodología de trabajo educativa y promocional, donde la familias sean protagonista y parte activa en la solución de sus problemas y no sea mera receptora de ayudas en especie. Por ello, es necesario fortalecer los Servicios Sociales públicos y aprovechar al máximo los recursos privados de las entidades sociales.
Por otro lado, es importante promover en la ciudadanía un mayor compromiso que favorezca el apoyo y el acompañamiento a estas familias, favoreciendo grupos de referencia en los barrios para sostener también emocionalmente, informar de los recursos disponibles y acompañar. Todo ello fomentará el sentido de pertenencia de las personas y evitará el desarraigo elemento fundamental que conduce hacia mayores cotas de exclusión. Es necesario romper ese mecanismo para evitar que las personas que hoy sólo tienen carencia materiales, no caigan mañana en la exclusión social.»
Agradecemos el tiempo ofrecido por:
Francisco Yagüe – Secretario General de Cáritas Zaragoza
Lucia Capilla – Comisión técnica y trabajadora social en la Parroquia del Carmen
José Alonso – Responsable de Voluntariado del Santo Refugio